lunes, 25 de mayo de 2009

OPUS DEI, TELECOMUNICACIONES Y "QUIEBRAS"

Algunos de los camelos en telecomunicaciones
HUGO PERMUY BRITO
A pocos días de la última entrega de los premios Tabaré, sentí toda la ira del viejo régimen y sus medios en mi contra. Con mayor obsesión y dedicación que nunca antes, durante un largo calvario de doce años. Si les serví de catarsis o para distraerles de sus últimas maquinaciones, benditos sean todos los malos momentos pasados. Aunque mal de muchos consuelo de tonto, me consta ­por mi profesión- que no he sido un caso aislado. Cuando un barco se hunde, ya se sabe que tipo de bestias es la que parte primero ¡Y vaya si el 31 de octubre no se asistió a un colosal naufragio! Murió, parafraseando a Manolo Flores Silva, la agonizante "5ª. Republica".
Me han dado el privilegio de volver a ser noticia, gracias a las denuncias periodísticas del "Secretario de la Defensa" (Sic), el inefable Prof. FAU, que ­por entonces- sólo fueran recogidas por EL OBSERVADOR de los Peirano. En cierto modo gracias. Ningún otro medio de prensa escrita se hizo eco de esa infamia lanzada a comienzos de enero. Solo uno de los voceros oficiosos del OPUS (más Res o Rex que Dei) y del poderoso Grupo parcialmente quebrado. 24 horas después, me intervenían de urgencia en el CASMU.
¡Mal momento escogieron mis deudores! Malo para mí, pero peor para ellos. Por aquella cobertura, ambos lanzaron la primera piedra y escondieron la mano. Se retrotrajeron al 5 de agosto de 1993 (cuando todavía me desempeñaba como primer jerarca civil de Comunicaciones tras la Dictadura). Pretendieron responsabilizarme por barrabasadas jurídicas, burrocráticas y judiciales ajenas. Protegían pues a sus capos, pupilos o adulones. Todo aquello quedó sepultado por otro fallo, inapelable, dictado en los EEUU. El del Tribunal Arbitral que declarara incrementada nuestra deuda pública ¡en U$S 120.000.000 más costas y costos!. No por gastos y honorarios de abogados a la uruguaya, donde esta labor profesional tiende a ser devaluada por nuestra Justicia (con un dudoso sentido de "equidad", que suele mirarse el ombligo y obrar con cierta envidia), sino pagaderos en los EEUU. Allí donde la Abogacía sigue siendo la más redituable de las profesiones liberales. Solo hacer un estimativo de monto final del "affaire Bco. Comercial", último incremento del endeudamiento público gracias a la imprevisión del equipo Batlle Ibáñez, produce vértigo. Nadie puede envidiar la pesada carga que recayera, de improviso, sobre las flamantes jerarquías del MEF.
Durante mi convalecencia, con su forzado silencio, bendito silencio, algunos otros medios de radiodifusión fueron incentivados a reflotar la frustrada campaña. Sarandi, a través de aquellos que difamaran a Sonia Breccia y China Zorrilla, etc.
Vomitaron viejos rencores. Recién al mes, apreciaron la fiesta que les armaran FAU, Bluth y los Peirano. Solo entonces se animaron a tirar a un arco momentáneamente vacío. ¡Y le erraron!. Siguieron a pie juntilla los contradictorios dichos del real Ministro de Defensa del pasado Gobierno: el Dr. Bluth. Socio del Dr. Romay y sus cables, Secretario de la última Presidencia Sanguinetti y obediente ejecutor de otros managers del monopolio televisivo privado. Quienes les creyeran, por revanchismo u obsecuencia, que se atengan a las consecuencias.
Puedo y debo decir, sin el más mínimo temor a equívocos, que lejos de cualquier preocupación por el bien común, el interés general o pretexto que ahora se le ocurra, lo que buscó fue diluir su preocupación personal. En especial, lo grotesco del falso testimonio que brindara ante el Juzgado de la causa Ana Troncoso y otros c/ MDN. Bien, fue por lo que optó, aunque muchos meses antes le advirtiera acerca de su tremendo equívoco. Al encontrarnos casualmente en el Cementerio Central, con motivo de unas exequias. Entendí que alguien, maliciosamente, podría haberle inducido a error, mostrándole algún microfilm falsificado o fotocopias adulteradas. Ocurre que me consta que esa ha sido "la solución" propuesta por algunos colegas de la Jurídica del MDN, cuando las cosas se les complican. Nunca me presté a declarar ante el instructor Dr. (eq. a Cap.) Souto, como lo testificara el colega Bluth a comienzos de 2004. Ese funcionario al que se designara instructor del "Sumario Permuy", entre otros engendros similares contra terceros, que inventara el último Coronel destinado a la DNC, (en el marco de la Ley de la Dictadura que le escindiera de ANTEL, antes que se desmilitarizaran con los cargos de confianza en la DNC y Meteorología), concluyó sin nada de qué reprocharme. Se acumularon montañas de papelería, sin que nada constara en el expediente, para terminar en el archivo y punto. Fue el primero de una serie inagotable de sumarios a los que me viera arbitrariamente expuesto, por no haber hecho la vista gorda a las tardías aspiraciones de EQUITAL y gente del propio Gobierno Lacalle sobre los canales de MMDS y UHF. Todo agravado por descubrir otro fraude, a comienzos de 1997, cercano al millón de dólares.
Los canales de MMDS y UHF habían quedado comprometidos por las Bases de los Llamados Públicos para el interior, de 1991. Para quienes se interesaran en ocuparlos y resultaran seleccionados para comenzar a explotar servicios de televisión para abonados. Así se hizo por resolución del Dr. Lacalle, dictada en acuerdo con el Prof. Dr. Brito, el 5 de junio de 1993, autorizando ­entre otros interesados en el MMDS o el UHF- a la Ana Troncoso. Asigné entonces aquellas frecuencias vacantes, disponibles, pues eso era lo que el acto del Ejecutivo mandaba hacer. Era, además, lo que la DNC debía hacer, en cumplimiento a esas y otras directivas. También, por ser las asignaciones de frecuencias o canales, salvo los destinados a radiodifusión, TV abierta incluida, parte de los cometidos propios, desconcentrados, directamente confiados por el legislador al Órgano Regulador que por entonces dirigiera.
En mi ahora famosa resolución del 5 de agosto del 93, luego caprichosamente revocada por el Cnel. Hakenbruch Santoro (con la asistencia "técnica" de los colegas Gianetto, el propio Souto y Mecoll, cumpliendo contra-directivas del entonces Subsecretario Prof. González Rissotto), no se daba ningún incremento de potencia o mayor altura de antena. Ni un solo Kw. más. Ni un metro adicional en la altura de antena, que las previstas en las Bases de los Llamados de 1991. La suficiente y necesaria para poder cubrir el área de servicio reservada a cada postulante, con radio de 20 Km. a partir de sus plantas transmisoras. *

“LA REPUBLICA”, Domingo, 06 de marzo, 2005 - AÑO 10 – Nº.1765


http://www.larepublica.com.uy/editorial/169457-algunos-de-los-camelos-en-telecomunicaciones


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Dr. en Derecho y Ciencias Sociales, egresado del Instituto de Formación Técnico Profesional (OIT Turin), periodista, docente en la UDELAR y la ONSC...