martes, 26 de mayo de 2009

"LA OBRA" DIABOLICA DE JUAN PABLO II

El opus de S.S.: mucho ruido y pocas nueces

HUGO PERMUY

Nada más fácil, para quien controle los grandes medios de masas, que fabricar "héroes" y "santos". La cuestión no sería tan grave, por la transitoriedad misma de las coberturas mediática "urbi et orbi", que apuestan todo por una fugaz emotividad. No obstante, siempre queda un residuo de irracionalidad. Algo que nunca arrojó progreso. Los totalitarismos del siglo XX han inaugurado, en los albores de la radiodifusión, la cinematografía y algunas grandes movilizaciones populares (más destinadas a ser grabadas y reproducidas, y luego televisadas hasta el hartazgo) una mezcla de "razones" y misticismo. Siempre deslizadas hacia alguna "demonización" a diestra y siniestra, de quien osare cuestionar los medios empleados para la consecución de sus "fines". Y cuando nadie los enfrentare, se inventarán enemigos.

El primer experimento lo ha padecido el pueblo hebreo durante la primer mitad del siglo XX, con el nazismo. No por sola culpa del pueblo alemán. Uno de los últimos, al interno de la civilización occidental (con todos sus logros y bajezas), lo protagonizó S.S. Jamás pudo desprenderse de su "nacionalismo". Vio al mundo desde su Polonia ahogado por imperialismos, el último en nombre del llamado "socialismo real". Aunque se retractara poco antes de morir, advirtiendo sobre los visibles riesgos de los ultra nazi-onanistas del Tercer Milenio, nunca pudo percibir la legitimidad de la resistencia antiimperialistas en sus visitas "apostólicas" a Sudamérica.

La ira del Papa ante el evangélico clamor del pueblo nicaragüense, de "Queremos Paz", acosado bélicamente por la "Contra", hizo historia. Optó por una guerra, no declarada por el Congreso norteamericano, a quien se eludiera, financiándola gracias al "Escándalo Irán-gate". La segunda ajena al Congreso, de la que a duras penas pudo zafar su "aliado", el Presidente Reagan. ¿Acaso estaba totalmente ajeno a los entretelones del caso? Todo precedido por el desplante televisado, urbi et orbi, al Ministro sandinista, Prbo. Ernesto Cardenal, no bien aterrizara en Managua. Algo patético.

Cuando los hechos puedan ser vistos con perspectiva, temo que ésta "Santa Alianza" de Tatcher, Reagan y S.S., se juzgará peor que la "Restauración" del siglo XIX. Si Napoleón se había pasado de la raya, como le ocurriera al General jacobino autoproclamado "Emperador", quienes le siguieron no quedaron ­ni por asomo- mejor parados.

¿Qué arrojó la "Santa Alianza" de fines del siglo XX? Su único gran logro, fue la caída del comunismo. Hasta agnósticos y ateos la han festejado, sin reparar demasiado en lo que vino luego. La temible KGB devino en la "Mafia rusa", ante la cual la "Cosa Nostra" resultara juego de niños. El colmo de los colmos, como lo percibiera STIGLITZ, fue que "... el PBI en la Rusia posterior a 1989 cayó, año tras año. Lo que había sido proyectado como una breve recesión de transición (única receta que pareciera tener el FMI) se transformó en una recesión de una década o más. Parecía no tener fin. La devastación -en términos del PBI- fue mayor a la sufrida por Rusia en la II Guerra Mundial".

Esa "Santa Alianza" se limitó al desmantelamiento del régimen imperial soviético. El mundo bipolar, dominado al fin y al cabo por dos potencias occidentales, regidas por la "detentè", se desmoronó, sin que arrastrara en su caída a Corea del Norte, ni China comunista, ni a la Cuba castrista, hasta entonces interpretada como otro simple "satélite" de Moscú. El caso cubano me resulta personalmente irónico, pues a comienzos de 1994, cuando estaba en boga hablar de "LA HORA FINAL DE CASTRO", etc., mi tesis en el Curso en el CALEN (que fungiera como exilio interno tras mi ficticia "renuncia" a la DNC), osé refutar tantos divagues. Cuba socialista sobreviviría. Por supuesto, disgusté a las jerarquías castrenses de entonces, aunque en el acto de graduación tuviera la satisfacción intelectual de ser felicitado por los académicos que la supervisaran.

Los beneficios reales, políticos y económicos de esta "estrategia", con la que concluyera la llamada "Guerra Fría", ni por asomo han resultado paritarios. Menos aún, pacificadores. La "Pax Yanqui" dista años luz de la "Pax Augusta" o si se prefiere la de Constantino. Convivimos en un mundo "globalizado" contaminado por "nacionalismos". Fanatizados por diversas visiones integristas, fundamentalistas, de las que Occidente no ha quedado ajeno. Este es el mundo heredado del papado de S.S., en donde han perdido los pueblos y también, porque ocultarlo, su visión originaria de la restauración católica. La estrepitosa caída de Lech Walesa y su SOLIDARNOSK (financiada a través del Banco Atlántico, del opudeista Ruiz Mateos, la versión hispana de nuestros Peiranos), resulta harto significativa de cuanto ocurriera en el este europeo. En su intento por ser reelecto, no llegó ni al 2% de los votantes. ¡Peor que Batlle Ibáñez & CIA.! El caso más notorio, lo aportó la propia Rusia, con su milenaria escisión religiosa. En los albores de su reinado, Woitjla apostó, cándidamente, a una reunificación del cristianismo. No obstante, fue la Iglesia Ortodoxa, no el comunismo, fue quien frustró sus planes hegemónicos.

En Occidente, a pesar de las momentáneas demostraciones de euforias populares de los últimos días, como en sus multitudinarias visitas, la cruda realidad evidencia extremos harto contrastantes. Templos católicos vacíos, cerrados con candados salvo durante las celebraciones litúrgicas, una "desobediencia" más o menos disimulada a los dogmas decimonónicos de S.S. etc. Hasta al extremo de satanizar el progreso de la ciencia. Vedando investigaciones genéticas, mientras ­paradójicamente- reivindicara, post morten, a Galileo, a Darwin. Lo más impactante en términos sociológicos: la dispersión de su grey en sectas a cual de todas más radicales. Un fenómeno particularmente intenso en nuestra Iberoamérica. Pareciera como si lo peor del milenario Oriente hubiera vuelto por sus fueros.

Para evitar equívocos, ya que por estos días me veo acusado de cualquier cosa, concluiré con el GANDHI: "La mayoría de los hombres religiosos con que me encontré son políticos disfrazados de religiosidad. En cambio yo que parezco disfrazado de político, soy un hombre íntimamente religioso". *

“LA REPUBLICA”, Domingo, 10 de abril, 2005 - AÑO 10 – Nº 1799

http://www.larepublica.com.uy/editorial/172588-el-opus-de-ss-mucho-ruido-y-pocas-nueces

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Dr. en Derecho y Ciencias Sociales, egresado del Instituto de Formación Técnico Profesional (OIT Turin), periodista, docente en la UDELAR y la ONSC...