TV cable: ¿el fin de un monopolio?
HUGO PERMUY
Por esas cosas del azar, mi penúltima columna acerca de "El Opus de SS..." fue publicada en la misma edición dominical en la que el ingeniero Novoa, gerente general (int.) de la Ursec, explicara cómo quieren pero no pueden combatir los monopolios mediáticos de facto. Esos que todos padecemos desde tiempos inmemoriales. ¡Les falta una ley antitrust!
Se dice que el cinismo suele ser el último homenaje que el vicio rinde a la virtud. Si durante mi efectivo desempeño al frente de la DNC, hasta finales de agosto del 93, pude afectarlo, ¿por qué quienes me sucedieran, se frustraron al proseguir en tal empeño? ¿Acaso ignoran que solo mediante ley puede, Constitución mediante, consagrarse un monopolio?
Por si esta subversión castrense-ingenieril del Estado de Derecho fuera poco grave, acuden en respaldo del Órgano Regulador de las Telecomunicaciones, llámesele DNC, Comtel o Ursec (pues todos estos órganos subsisten de modo formal y/o en la ejecución presupuestal), cuentan con varios mecanismos legales y reglamentarios como para proseguir con la apertura de los medios de comunicación electrónicos, en especial los televisivos. Algo acerca de lo cual pareciera que Lacalle se arrepintió, sin quedar claro sobre qué sector de la radiodifusión --entendida en sentido amplio, comprensivo de la TV paga-- versa su tardía contrición.
Lo que ha faltado y podría que siguiera faltando, Dios no lo quiera, es voluntad. Auténtica voluntad política. Jactarse del "descubrimiento" de Equital y la aplicación de multas, cuando concluía el anterior gobierno, que designara y avalara a los últimos "paracaidistas belgas", constituye una hipocresía. Aquel conjunto económico, como otro que surgiera en el entorno de la TV cable: la madre de todos los temas por mediados del 93, como lo definiera desde El País la afilada pluma del colega Carlos Maggi, ya venía siendo objeto de un seguimiento mucho mayor del que se piensa y del que la prensa se imaginara. ¡Por algo desapareció el expediente madre de todas las piezas separadas que debieran formarse, departamento por departamento, por la masiva concurrencia de aspirantes a montar nuevas televisoras en el interior! La más concurrida "licitación" de todos los tiempos.
En mi opinión, este y otros sucesos por el estilo, solo forman parte de una estrategia por vedar la posibilidad de una reconsideración de ese conjunto económico de facto, al amparo de la Ley de Sociedades Comerciales. Ya imagino sus alegatos: no ha de aplicarse el principio del "non bis in ídem". Nadie puede ser juzgado dos veces por lo mismo, por lo que gracias a tales multas, Equital habría devenido legal...
El problema radica en que, hasta donde me consta, ni siquiera quieren pagar, y menos extender sus "servicios de interés público", servicios públicos al fin, a áreas que por sí y ante sí reputan "peligrosas". ¿No será acaso las que les resulten poco rentables?
La "estrategia" montada en provecho y no contra el ilegal cártel, que no será el de Medellín o Cali pero igual mata, resulta tan obvia, que no valdría la pena agregarle comentarios.
Confiemos en que la reciente redistribución de competencias ministeriales, pasando la Ursec del campo gravitacional del MDN al del MIEM, redunde en una mayor satisfacción al bien público. Por lo pronto, esta secretaría de Estado cuenta con personal capacitado como para hacer los seguimientos de mercado, que están pendientes desde el Decreto 125 de marzo del 93, y poner fin a un vergonzoso desconocimiento del Derecho de propiedad autoral o marcario dentro de nuestra Radiodifusión... so pretexto de no incurrir en "censura previa" alguna (sic).
Tanto dicha medida, que mejora la tradicional aspiración de esa izquierda intelectualoide, de pasarla a Educación y Cultura, como la que, a pesar de ser un fumador empedernido, acaba de adoptar el gobierno, permiten augurar tiempos mejores. *
“LA REPUBLICA”, Domingo, 19 de junio, 2005 - AÑO 10 – Nº 1867
http://www.larepublica.com.uy/editorial/179545-tv-cable-el-fin-de-un-monopolio
HUGO PERMUY
Por esas cosas del azar, mi penúltima columna acerca de "El Opus de SS..." fue publicada en la misma edición dominical en la que el ingeniero Novoa, gerente general (int.) de la Ursec, explicara cómo quieren pero no pueden combatir los monopolios mediáticos de facto. Esos que todos padecemos desde tiempos inmemoriales. ¡Les falta una ley antitrust!
Se dice que el cinismo suele ser el último homenaje que el vicio rinde a la virtud. Si durante mi efectivo desempeño al frente de la DNC, hasta finales de agosto del 93, pude afectarlo, ¿por qué quienes me sucedieran, se frustraron al proseguir en tal empeño? ¿Acaso ignoran que solo mediante ley puede, Constitución mediante, consagrarse un monopolio?
Por si esta subversión castrense-ingenieril del Estado de Derecho fuera poco grave, acuden en respaldo del Órgano Regulador de las Telecomunicaciones, llámesele DNC, Comtel o Ursec (pues todos estos órganos subsisten de modo formal y/o en la ejecución presupuestal), cuentan con varios mecanismos legales y reglamentarios como para proseguir con la apertura de los medios de comunicación electrónicos, en especial los televisivos. Algo acerca de lo cual pareciera que Lacalle se arrepintió, sin quedar claro sobre qué sector de la radiodifusión --entendida en sentido amplio, comprensivo de la TV paga-- versa su tardía contrición.
Lo que ha faltado y podría que siguiera faltando, Dios no lo quiera, es voluntad. Auténtica voluntad política. Jactarse del "descubrimiento" de Equital y la aplicación de multas, cuando concluía el anterior gobierno, que designara y avalara a los últimos "paracaidistas belgas", constituye una hipocresía. Aquel conjunto económico, como otro que surgiera en el entorno de la TV cable: la madre de todos los temas por mediados del 93, como lo definiera desde El País la afilada pluma del colega Carlos Maggi, ya venía siendo objeto de un seguimiento mucho mayor del que se piensa y del que la prensa se imaginara. ¡Por algo desapareció el expediente madre de todas las piezas separadas que debieran formarse, departamento por departamento, por la masiva concurrencia de aspirantes a montar nuevas televisoras en el interior! La más concurrida "licitación" de todos los tiempos.
En mi opinión, este y otros sucesos por el estilo, solo forman parte de una estrategia por vedar la posibilidad de una reconsideración de ese conjunto económico de facto, al amparo de la Ley de Sociedades Comerciales. Ya imagino sus alegatos: no ha de aplicarse el principio del "non bis in ídem". Nadie puede ser juzgado dos veces por lo mismo, por lo que gracias a tales multas, Equital habría devenido legal...
El problema radica en que, hasta donde me consta, ni siquiera quieren pagar, y menos extender sus "servicios de interés público", servicios públicos al fin, a áreas que por sí y ante sí reputan "peligrosas". ¿No será acaso las que les resulten poco rentables?
La "estrategia" montada en provecho y no contra el ilegal cártel, que no será el de Medellín o Cali pero igual mata, resulta tan obvia, que no valdría la pena agregarle comentarios.
Confiemos en que la reciente redistribución de competencias ministeriales, pasando la Ursec del campo gravitacional del MDN al del MIEM, redunde en una mayor satisfacción al bien público. Por lo pronto, esta secretaría de Estado cuenta con personal capacitado como para hacer los seguimientos de mercado, que están pendientes desde el Decreto 125 de marzo del 93, y poner fin a un vergonzoso desconocimiento del Derecho de propiedad autoral o marcario dentro de nuestra Radiodifusión... so pretexto de no incurrir en "censura previa" alguna (sic).
Tanto dicha medida, que mejora la tradicional aspiración de esa izquierda intelectualoide, de pasarla a Educación y Cultura, como la que, a pesar de ser un fumador empedernido, acaba de adoptar el gobierno, permiten augurar tiempos mejores. *
“LA REPUBLICA”, Domingo, 19 de junio, 2005 - AÑO 10 – Nº 1867
http://www.larepublica.com.uy/editorial/179545-tv-cable-el-fin-de-un-monopolio
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